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La banda de los barrancos de Güímar "Después de la era del saqueo viene la era del caos" I- LA BANDA En el Valle de Güímar existen cinco empresas dedicadas, de manera ilegal, al lucrativo negocio de la extracción de áridos y que, gracias a sus enormes beneficios económicos, han conseguido, durante estos veinticinco años de ayuntamientos democráticos, presionar a alcaldes, cambiar pactos municipales, aflojar voluntades políticas, etc. (aquí el etc. es absolutamente necesario). Además, durante todos estos años ha habido tantos funcionarios (del Ayuntamiento, Cabildo y Gobierno de Canarias) que han dejado de cumplir sus funciones inspectoras que sólo cabe pensar que entre la clase funcionarial se ha propagado una epidemia de tortícolis legal, y cuya patología consiste en mirar para otro lado durante un lapso de tiempo prolongado mientras otros, pero no cualquiera, incumplen las leyes. Desde hace décadas, un día tras otro, a plena luz y con el mayor descaro, estas empresas han realizado el mayor delito ecológico realizado en nuestra isla, con la mayor evidencia y connivencia que puedan ustedes imaginarse. Vean, si no, lo que dice el Plan Territorial Especial de los Barrancos de Güímar aprobado por la COTMAC a principios de este año 2004: "En efecto, gran parte de las explotaciones mineras allí existentes, que vienen operando desde hace años, son clandestinas; no cumplen con las autorizaciones preceptivas o incumplen la normativa vigente, en especial sobre restauración minera, así como ninguna dispone de la oportuna licencia municipal. Pero, con todo, si bien lo anterior es de por sí malo, lo peor es el caótico modo en que se ha llevado la explotación. Las extracciones, diseminadas a lo largo y ancho del valle, ciñéndose a la limitada superficie disponible y bajo ningún control se han realizado a base de excavar enormes hoyos, algunos de más de sesenta metros de desnivel" (BOC nº 24, 5 de febrero 2004) Aunque el Plan Territorial no fue del todo preciso al hablar de la profundidad de estos hoyos, pues lo cierto es que en algunos de ellos cabe el rascacielos de la Avenida Tres de Mayo de Santa Cruz que mide 85 metros, debe aclararse que no es un error tipográfico cuando en la remisión al Plan se dice en este artículo: "ninguna de esas extracciones cuenta con licencia municipal". Es decir el Plan dice que son ilegales. ¿Creen ustedes que por decir que son ilegales el Plan propone el cierre de las canteras? Si responden afirmativamente es que no conocen a la Banda de los Barrancos de Güímar…ni su historia.
II- LOS VECINOS Y LOS AGRICULTORES En una zona de enorme tradición agrícola, y que durante decenios dio buenos beneficios económicos a los agricultores gracias a la calidad de sus tierras, se fueron instalando estas extracciones ilegales en la década de los setenta. Durante años han estado los vecinos y agricultores de Güímar luchando en defensa de su medio de vida, de la calidad de vida de sus barrios, de sus casas y de sus caminos. En 1973, los agricultores y vecinos de la zona, movilizados por Saturnino García (Presidente de la Asociación de Vecinos de la época, ya fallecido) se levantaron contra la primera extracción de áridos y se plantaron cuando intentaron poner una planta de asfalto en la zona conocida por el Badén. Saturnino García estuvo siempre dirigiendo la lucha de la gente de Güímar, hasta 1984 en que aprobaron las Normas Subsidiarias de Güímar que declaraban aquella zona como suelo agrícola. Después siguieron otras luchas como la del año 1999, cuando cuatro de las empresas extractoras solicitaron la concesión minera por la Sección C. Cientos de vecinos cortaron los accesos a las canteras hasta que fueron desmovilizados por unos "acuerdos" y amenazas convenidas entre el Ayuntamiento y los empresarios, amparados por el Cabildo. Los mismos años que estas empresas llevan extrayendo clandestinamente, llevan los vecinos de Güímar, -sobre todo de los barrios de San Juan, La Hoya y Guasa-, soportando ruidos, polvos, perdiendo caminos y tierras, abandonando cultivos, padeciendo el riesgo de inundaciones por la desaparición de cauces; con grietas en sus casas por las vibraciones que produce el paso de los camiones. Hace pocas semanas, los vecinos que viven en las cercanías de la Carretera General del Sur, paso habitual de los camiones hacia las canteras, hartos de soportar día y noche el concierto de motores, han decidido cortar el tráfico todos los viernes por la mañana. III- EL GOLPE DE LA BANDA: LA EXPROPIACIÓN Durante la década de los noventa cada vez que estas empresas clandestinas veían peligrar su negocio por la creciente oposición vecinal amenazaban con acudir a la ley de minas que regulaba un supuesto de expropiación de terrenos anexos a extracciones (en el argot se dice "solicitar permiso de la Sección C") ¡¡ Ellas que eran completamente ilegales reclamaban la aplicación de la ley de minas!! Lo peor es que esta estrategia era fomentada desde el Ayuntamiento, que difundía el temor entre los propietarios de que podían perder sus propiedades. El Ayuntamiento que nunca había cumplido con sus obligaciones (a pesar de los acuerdos pomposos de interponer querella por delito ecológico) y que tampoco había cumplido con los decretos de paralización que habían dictado, les decía a los vecinos que la ley de minas podía expropiarles sus tierras. Las amenazas y la falta de apoyo institucional hacían desistir a los vecinos y agricultores de sus reclamaciones, a la Administración le entraba aquella rigidez en el cuello ya comentada y las empresas clandestinas continuaban extrayendo, cosa que, por otro lado, nunca habían dejado de hacer. En el año 2001 comienzan a dictarse sentencias en los recursos interpuestos por las compañías extractoras frentes a decretos de paralización. Las sentencias comienzan a desestimar estos recursos, declarando legales los decretos de paralización acordados por el Ayuntamiento de Güímar. Se trataba de unos acuerdos del Ayuntamiento que había sido dictados en 1997, con el sólo objetivo de evitar posibles causas de prevaricación por la inactividad que los grupos de gobierno municipal habían hecho gala durante tantos años. Por supuesto eran papel mojado porque fueron unos decretos que nunca se aplicaron. Desde 1997 el Ayuntamiento debía cerrar las canteras pero nunca cumplió con lo que él mismo había dispuesto, estos decretos de cierre eran papel mojado. El error de cálculo de los miembros de la Banda fue recurrir los decretos porque ahora los jueces reconocerían la clandestinidad de las canteras y la legalidad de los decretos de cierre. Y así fue en el año 2001 en que comienzan a salir las primeras sentencias. Ante esta situación, donde los tribunales de justicia comienzan a declarar la ilegalidad de estas explotaciones, la Consejería de Política Territorial, sale en auxilio de las empresas y rescatan un viejo compromiso para elaborar un Plan Territorial Especial para los Barrancos de Güímar. Con este documento no se tiene otro objetivo que continuar con el saqueo, permitiendo continuar con la explotación de estas empresas, a pesar que, como ya se dijo, este Plan afirma que "ninguna dispone de la oportuna licencia municipal". En este Plan Territorial el Gobierno de Canarias establece lo que los miembros de la Banda siempre habían soñado: la expropiación de todos los terrenos agrícolas que componen el Barranco de Güímar. Y como decía John Seymour después del saqueo la era del caos, en este caso el caos jurídico porque nuestras administraciones en vez de sancionar a las empresas y de obligarles a restituir los profundos socavones, exigiéndoles la restauración de lo ilegalmente extraído durante tantos años, permite a estas empresas continuar extrayendo y además les permite expropiar terrenos destinados hasta ahora a actividades agrícolas, a través de un consorcio creado para ellos. ¿Conocen ustedes alguna ley que expropie en beneficio de unos particulares?. Si responden afirmativamente es que empiezan a conocer los métodos de la Banda de los Barrancos de Güímar… y su historia. IV- LA RESPUESTA DE LOS VECINOS: LA PLATAFORMA CIUDADANA "SATURNINO GARCIA" Hartos de esperar, los vecinos han constituido recientemente la Plataforma en defensa del Valle de Güímar, compuesta también por grupos ecologistas (TEA, TABONA, HENGUA, Asociación Cultural Sureste de Tenerife) estableciendo entre sus objetivos, los siguientes:
Y en cumplimiento de esto fines han decidido acudir a los tribunales para recurrir el Plan Territorial Especial, para interponer querellas por delito ecológico y prevaricación, para paralizar el paso de los camiones, para trabajar por la dignidad en la vida política, para decirles a todos que en Güímar hay pueblo para rato. |
Noviembre 2004
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