ATAN

Desprotección de los cetáceos en el sur de Tenerife

La Asociación Tinerfeña de Amigos de la Naturaleza (ATAN) quiere denunciar ante la opinión pública que la Consejería de Medio Ambiente del Gobierno de Canarias incumple su obligaciones en la vigilancia y protección de los cetáceos de Canarias.

Por el contrario, sorprendentemente se pretende aparentar ante la opinión pública todo lo contrario.

En esa línea, a finales del pasado mes de enero se publicó en los medios de comunicación la noticia relativa a que Canarias participa en un programa de la UE sobre el estudio de los cetáceos; en concreto según parece la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación Territorial está participando en el proyecto denominado Macetus que se enmarca dentro de las políticas comunitarias relativas a las denominadas regiones ultraperiféricas de la Unión Europea, para los años 2000-2006 y consiste en una iniciativa que estudia la estructura, distribución, movimientos y usos del hábitat de distintos cetáceos presentes en los archipiélagos de Canarias, Madeira y Azores.

También en estos días y hasta el próximo 25 de febrero la Consejería de Medio Ambiente y de Ordenación Territorial del Gobierno de Canarias patrocina una exposición sobre ballenas y delfines de canarias en la Sala de Exposiciones del Centro Cultural de Cajacanarias. En el folleto divulgativo de la exposición se señala entre otras cosas que "los cetáceos forman parte del patrimonio natural y cultural de las Islas Canarias y, por tanto, tenemos la responsabilidad de garantizar su supervivencia. Estas especies constituyen, además, un extraordinario recurso, tanto desde el punto de vista de la educación ambiental, como desde el ámbito turístico, gracias a la popularidad y el interés que despiertan".

Todo eso está muy bien, y sobre el papel parecería que existe realmente interés y preocupación en los responsables de Medio Ambiente de Canarias.

Sin embargo, la realidad es otra bien distinta. En el sur de la isla de Tenerife, entre la localidad de Los Cristianos y los Acantilados de los Gigantes, en el Lugar de Interés Comunitario Teno-Rasca, en donde la Consejería de Medio Ambiente pretende establecer el Parque Natural de Las Ballenas, continúa peligrando ese hábitat por el estado creciente de deterioro del litoral y el turismo dedicado a excursiones marítimas para la observación de ballenas y delfines.

La observación de los cetáceos en su medio no debería ser una actividad negativa en sí misma; hay que recordar que la observación de cetáceos ha crecido de forma espectacular, rondando los 800.000 visitantes anuales; sin embargo, sí lo es cuando se produce un incremento desmesurado e incontrolado del número de embarcaciones que llevan a cabo esta actividad y el incumplimiento de la normativa reguladora de observación de cetáceos.

Al respecto, en el año 2000 se dicta el Decreto 178, de 6 de septiembre, por el que se regulan las actividades de observación de cetáceos, en el cual se detallan todas y cada unas de las condiciones para efectuar las visitas. También se indica que la actuación inspectora, tendente a garantizar el cumplimiento de la legislación medioambiental, corresponderá a los efectivos del Cuerpo de Agentes de Medio Ambiente de la Comunidad Autónoma de Canarias, dependientes de la Consejería de medio Ambiente.

Pues bien, esa labor de inspección, fundamental e indispensable para controlar el ejercicio de esta actividad y proteger e impedir el acoso al que son sometidos lo cetáceos, no se está llevando a cabo porque al parecer la Consejería de Medio Ambiente del Gobierno de Canarias no dispone de los medios necesarios para llevar a cabo esta función.

Hasta el pasado verano esta actividad se realizaba "de prestado" con dos embarcaciones adscritas a la Dirección General de Emergencia y Seguridad, pero que en verano tuvieron que atracar en un puerto del sur, donde siguen hasta la fecha, por falta de presupuesto para la contratación de los correspondientes patrones, marineros y mecánicos; es decir, lo elemental y básico para la realización del servicio.

Pero ahí no queda la despreocupación del Gobierno de Canarias hacia los cetáceos; el Decreto 178/2000, de 6 de septiembre, por el que se regulan las actividades de observación de cetáceos, crea la "Comisión de Seguimiento de la Actividad de Observación de Cetáceos" como órgano colegiado de carácter técnico y asesor, adscrito a la Consejería de Medio Ambiente.

Esa Comisión tendría como funciones, entre otras, las siguientes:

  • Proponer medidas que incentiven la protección y conservación de las especies marinas protegidas frente a la realización de actividades de observación;

  • Realizar labores de seguimiento y evaluación de la actividad de observación de cetáceos que se le solicite por la Viceconsejería de Medio Ambiente.

Pues bien, esta Comisión se reunió por última vez hace dos años por falta de interés de la Consejería de Medio Ambiente.

Por tanto, asombra el cinismo de los responsables de Medio Ambiente del gobierno de Canarias, presumiendo de interés por la protección de los cetáceos cuando la realidad es que bien poco les interesa, al menos los de Canarias.

14 de Febrero de 2004


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