Julio de 1999
Desde hace meses, hemos comprobado como los barcos de la compañía Armas y Fred Olsen se dedican a pasar entre los dos Roques de Anaga, el de Dentro y el de Fuera. Ambas compañías realizan excursiones alrededor de la isla de Tenerife, debiendo pasar obligatoriamente por la zona de los Roques. Además, Fred Olsen tuvo hace unos meses también una línea a La Palma que pasaba por los roques. Preguntando a los vecinos de los alrededores, a viajeros del barco y por propia experiencia (realizando uno de estos cruceros), fuimos descubriendo que era costumbre habitual pasar por estos dos roques, a pesar de tratarse de una zona de reserva integral dentro del Parque Rural de Anaga, del que forman parte. Por si fuese poco, los Roques están clasificados como lugar de interés comunitario (LIC) a propuesta de la Comunidad Autónoma, para su inclusión en la red Natura 2000 (código 7020046) en aplicación de la directiva del Consejo de la Comunidad Europea 92/43/CEE, relativa a la conservación de los hábitats naturales y de la fauna y flora silvestres, dentro del criterio 1, correspondiente a hábitats o especies prioritarios.
Todo esto hace que el paso de una embarcación del tamaño de las que nos referimos (superiores a las nueve mil toneladas) pueda perjudicar seriamente a la fauna del lugar, no habituada a la presencia de un vehículo de tales dimensiones. Por si fuese poco, la zona de los Roques es bastante peligrosa para la navegación de barcos de pasaje, debido a la proximidad entre ambas formaciones, el estado del mar y la presencia de la Baja de la Palometa, causante de numerosos naufragios. Por todos estos motivos, ATAN presentó una denuncia ante la Consejería de Medio Ambiente del Gobierno de Canarias y la Capitanía Marítima. Como de costumbre, la Viceconsejería aún no ha contestado. Sin embargo, de la capitanía hemos recibido una respuesta contundente, en la que "se resuelve prohibir la navegación de buques mercantes por tierra del Roque de fuera, al considerarse que es una actuación contraria a la buena práctica marinera, ya que la distancia entre roques es de algo más de cuatro cables (unos ochocientos metros), y atenta a los elementales principios de seguridad marítima, seguridad de la navegación y seguridad de la vida humana en el mar, sin olvidar las consecuencias que para el medio ambiente podría suponer una embarrancada ". Resumiendo, se nos da la razón una vez más en un asunto que se ha hecho público hasta en los medios informativos, sin que nadie le prestase atención anteriormente. Esperemos que también algún día se nos haga caso con el problema de las embarcaciones rápidas. No olvidemos que ambas compañías, así como Transmediterránea, poseen embarcaciones rápidas y han sido culpables de accidentes en los que han muerto ballenas, cachalotes y delfines. Nadie olvida los destrozos que hizo el Jet-Foil en los años ochenta, llegando incluso a estar en una situación de peligro por una colisión con algún cetáceo, o la reciente colisión del Fast Ferry de Agaete , así como del nuevo "Gomera Jet". Ninguna compañía se salva de fomentar la desaparición de los mamíferos marinos, para ganar minutos en unas travesías de poco más de una hora, consumiendo más combustible que un avión. Es una situación francamente lamentable. |